jueves, 22 de septiembre de 2011

Creo que me ha dado un paralís, un paralís, un paralís




Me he construido un bunker perfecto donde vivo rodeada de mis libros, de planta de colores y de trastos analógicos que reparo y saco brillo con esmero. Un refugio antiaéreo rojo y azul. Un mundo paralelo del siglo pasado, 3 x 5 de muebles sacados de contenedores, repleto de perros y pelos; he arrancado las cortinas y colgado en una estantería, sólo para ellas, mi colección de 300 cassettes antiguas. Tengo una alfombra verde musgo, como un manto de hierba fresca que es lo primero que piso cuando me levanto y sorteo guitarras y cuadernos llenos de apuntes y me conecto al mundo irreal a través de un cable de 20 megas del que bajo discos y discos, pero oiga: Sólo en formato Flac, y libros y libros y pinturas hermosas y fotografías.
Y me siento en mi cama, también verde campo, y ordeno y decido y compongo un mundo de proyectos que me son únicos y que no comparto con nadie, porque no me da la puta gana.

Y me siento. Y sigo aquí sentada. Creo que el arrancar tiempo de mi tiempo para hacer cosas limitadas a la supervivencia más básica, y al embellecimiento del hall de entrada de mi entidad finaciera, puede haberme arrancado de las entrañas la capacidad de hacer cositas pequeñas sólo sólo para mi. Que el fantasear durante las horas de trabajo con el rato estupendo que iba a pasar siendo yo, se pueda haber quedado en, fácilmente, fantasear con ser yo. Que ya no sepa ser yo. Ni para mi.

Creo que me ha dado un paralís. Vital.






2 comentarios:

  1. Eso luego se pasa, por la cuenta que nos trae. Me mola tu bunker, hazme un huequesito.

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  2. La cosa es estar enganchada a algo hasta morir...
    Te hago un huequesito, prenda.

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