viernes, 23 de septiembre de 2011

Anatomía of the girl



Mañana es mi primer día de Uni. Sí, lo sé. En que estaba yo pensando. En realidad me faltan 6 meses para entrar en la Facultad , pero mañana es mi primer día: Sólo hace 20 años que no voy a clase, estoy fascinada, ¿ qué me pongo? ¿ mis habituales medias de rejilla, pestañas postizas y purpurina serán lo adecuado para adaptarme al  entorno estudiantil?, ¿ opto, en cambio, por la camiseta de the riper de Pearl Jam o quizás la calavera en llamas de Metallica?...no, esa no está limpia. ¿ Se pensarán que soy la señora de la limpieza o tal vez  que pertenezco al claustro? ¿ se dice claustro? ¿ qué es, de hecho, un claustro,  más que la galería que rodea el patio principal de una iglesia o convento?  Me sumerjo en un mar de dudas. Por no contar que dudo en sumergirme en mi  petaca.


En 1993 -os pongo al tanto de la fecha porque la veteranía es un grado  y porque me da la puta gana- me hice una camiseta, por el simple procedimiento de coger una blanca del cajón y arrearle con un rotulador negro, que rezaba lo siguiente: "A mi no me preguntes, que soy universitaria". Y con eso resumía/o mi opinión sobre la educación en esta nuestra comunidad. 

Algo no va bien en un ser humano cuando decide que necesita estudios universitarios. Los elefantes no van bien. Los elefantes son universitarios. Y, con este sencillo silogismo, demuestro todo lo anteriormente descrito. Este mensaje se autodestruirá en 15 segundos. O lo que tarde en encontrar una reunión de Alcohólicos Anónimos, lo que ocurra primero.  ¿ Por qué las reuniones de Alcohólicos Anónimos son siempre en locales infectos sobre estaciones de autobuses? No sé, nunca he estado en ninguna. No me dejan entrar. No es broma.

Decidme, al menos, que en la Universidad se puede fumar. 



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